En el mundo de las dietas crudas pocas personas han sido más influyentes que el doctor
Ian Billinhurst. Veterinario australiano, ya en los 80 pronto comprobó lo que las dietas comerciales de entonces podían hacer por la salud de sus propios perros. Al ver el deterioro,
comenzó reflexionar y a alimentarlos con alimentos crudos y a realizar los estudios que finalmente le llevarían a alumbrar la dieta BARF, escribir numerosos libros y ser fuente de inspiración para una generación de veterinarios un tanto rebeldes por no asumir con los ojos cerrados lo que la industria y las instituciones se empeñaban en establecer como la verdad.
Él mismo se arrojaría a una cruzada por informar a su colectivo de colegas y gente interesada a través de conferencias y participaciones en foros de especialistas durante años. Incluso participó en alguno reciente de los patrocinados por las grandes marcas, como el
Pet Food Forum 2003, donde planteó de forma muy directa sus ideas ante un público entonces bastante escéptico.
Después de más de treinta años, dice, el panorama ha cambiado poco, con cada vez más casos de cáncer, diabetes, artritis, enfermedades cardio-vasculares, enfermedades inflamatorias intestinales (IBD) y enfermedades auto-inmunes, entre otras, los veterinarios aplican caros tests, medicaciones y dietas de prescripción que, si bien enmascararán los síntomas, no siempre llegan a la raíz del problema.
La solución podría estar más cerca de lo que pensamos y no ser tan complicada como nos hacen creer. Basta con alinear la dieta con el genoma nutricional de nuestro perro o lo que es lo mismo, darles la dieta que ellos evolucionaron para comer. El doctor nos recuerda los principios básicos de dicha dieta: la comida deber ser cruda, hay que aportar una variedad suficiente y debe ser balanceada.
A continuación, para resumir las necesidades de nuestro perro, el doctor nos propone 5 términos o palabras clave con las que asociar los alimentos que compondrán la dieta:
CARROÑERO: nuestros perros han evolucionado comiendo comida podrida, vómito, basura, bacterias, por supuesto caca, y muchos huesos, entre otros. En cuanto a los huesos, son vitales para su dieta evolutiva, debido a los minerales. Las heces, cargadas de nutrientes, sugieren que es importante suplementar la alimentación de nuestros perros en la forma de verduras, fruta y aceites.
CARNÍVORO: nuestros perros evolucionaron para comer carne, es decir, músculos, órganos, tejidos, cartílago, médula ósea. Todas las partes animales tienen un rol en una dieta evolutiva.
OMNÍVORO y OPORTUNISTA: nuestros perros comían vegetales en el contenido del estómago de sus presas. Lo interesante es que estos estén crudos y picados o machacados, pero recordemos que no evolucionaron para comer cereales cocidos.
EVOLUCIÓN: antes dar un alimento a nuestro perro deberíamos preguntarnos lo siguiente ¿tiene lugar este alimento en la dieta evolutiva de los perros? Es decir, ¿obedece a los principios antes mencionados?
La buena noticia es que
la mayor parte de los alimentos humanos, con las excepciones conocidas, son apropiados para nuestros perros. Por supuesto, es necesario evitar los cereales, azúcares y demás colorantes, saborizantes y elementos artificiales.
A continuación, Billinghurst nos da su fórmula para su programa de alimentación cruda para animales sin problemas especiales:
- Entre un 40 y un 60% debería ser huesos carnosos crudos, con un porcentaje de hueso del 50%
- Del 10% al 15% vegetales de bajo índice glucémico, es decir, que liberen energía lentamente
- Del 10% al 25% carne de órganos (corazón, hígado, bazo, pulmón, esófago, etc)
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10% de suplementos para simular heces y otros complementos
En cuanto a la manera de proporcionar estos alimentos a nuestros perros, señala las diferentes tendencias RAW que existen y de las que ya os hemos hablado un poco:
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Whole Prey: que consiste en proporcionar animales enteros con todo, por ejemplo conejos enteros, con piel y todo.
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Franken Prey: consiste en despiezar las presas y darlas al animal por partes asegurando que el porcentaje y el balance es el correcto.
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BARF: consiste en mezclar los diferentes elementos en trocitos o triturados, suplementarlos correctamente y proporcionar las tomas ya completas y equilibradas. Esta es, de hecho, la manera en que las madres lactantes comienzan el proceso de destete de sus cachorros.
Y ya está, así de simple. El doctor nos recuerda que
esta dieta es la mejor alineada con el genoma nutricional de nuestro perro y que es la indicada para una máxima salud.
Formulada correctamente, Billinghurst asegura que los beneficios son múltiples: un mejor sistema inmunitario, mejor estructura del cuerpo, mejor sistema nervioso, óptima digestión y producción de energía, huesos sanos y fuertes, envejecimiento más lento, menos riesgo de cancer, más poder antiinflamatorio, menos alergias y enfermedades autoinmunes entre otros.
Con los principios básicos de las dietas crudas claro, es más fácil entender por qué
las dietas que él llama falsas, provocan tantos daños en nuestros perros.
Aceleran, dice, el proceso de envejecimiento de nuestros perros debido a una falta de nutrientes de calidad, los procesos de calentado extremo y, sobre todo, por el
abuso de azúcares y carbo-hidratos basados en cereales como fuente barata de energía.
Estos últimos provocan incrementos de azúcar y, por tanto, de insulina en la sangre. La insulina sirve para regular el nivel de azúcar en sangre pero, en exceso, contribuye a la inflamación, alta presión en sangre, fallos renales, diabetes, obesidad. Así mismo, impide la correcta absorción de vitamina C en los glóbulos blancos, debilitando el sistema inmunitario y dejando a nuestro perro expuesto a agentes patógenos externos.
Ian Billinghurst concluye mandando un mensaje de confianza y tranquilidad a las personas que, como nosotros, nos acercamos a este mundo con la esperanza de dar una mejor vida a nuestros compañeros; como él dice, el verdadero significado de RAW no es CRUDO, es Restore Animal Wellness, es decir, restaurar el bienestar animal y reincide en que lo más útil que podemos hacer es preguntarnos cada vez que alimentamos a nuestro perro ¿es esto parte de su dieta evolutiva?